Редактор Anna Tarasenko
Иллюстратор Anna Tarasenko
Дизайнер обложки Anna Tarasenko
Дизайнер обложки Maria Dobrenko
Фотограф Andrey Terebilpv
Фотограф Viktor Ogui
Переводчик Victoria Lychagina
© Viktor Ogui, 2019
© Anna Tarasenko, иллюстрации, 2019
© Anna Tarasenko, дизайн обложки, 2019
© Maria Dobrenko, дизайн обложки, 2019
© Andrey Terebilpv, фотографии, 2019
© Viktor Ogui, фотографии, 2019
© Victoria Lychagina, перевод, 2019
ISBN 978-5-0050-0501-4
Создано в интеллектуальной издательской системе Ridero
Advertencia
El contenido de esta publicación está destinado a dar información general y no puede reemplazar la consulta práctica de un especialista. La publicación no debe usarse como un guía de estudios en medicina, ni para diagnosticar o tratar condiciones dolorosas además de previas complicaciones. Si surgen tales situaciones, se recomienda consultar inmediatamente a un médico. La casa editora y los autores de las publicaciones no son responsables por los daños causados en la salud procedentes de tales acciones como el tratamiento, la automedicación además de la renuncia de los tratamientos realizados sobre la base de la información contenida en esta publicación.
Este artículo tiene el carácter introductorio cuyo objetivo es compartir la experiencia del el autor y denominar los hipótesis y problemas de la aplicación de los cuencos sonoros tibetanos en el mundo actual. También tiene como principal función llamar la atención de acuerdo al tema del estudio de los efectos de los cuencos sonoros tibetanos en el cuerpo humano.
En actualidad, existen muchas preguntas en base a la información contradictoria sobre los cuencos sonoros tibetanos (CST) y las prácticas de interacción con ellos. Sobre todo muchas preguntas surgen en relación con el término «masaje» referente con los cuencos sonoros. En muchos sentidos la contradicción se debe al hecho de que no hay una descripción estandarizada o, al menos, una tradición preservada de aplicación de los cuencos tibetanos. En varios debates, los oponentes se refieren en los comentarios a su experiencia de interacción con los cuencos sonoros, olvidando a menudo que a uno de ellos le colocaron el cuenco sobre el cuerpo, mientras al otro el cuenco no le tocaba el cuerpo sino el masajista lo llevaba a distancia. Además, durante las décadas de conocimiento europeo con los cuencos sonoros tibetanos, se han creado muchas leyendas y mitos-con la ausencia completa de la justificación científica o investigaciones profundas. En este tipo de publicaciones, abundan los términos como «Aura», «Chakras», «Energía», «Astral», «Sonido Planetario», etc.
Al mismo tiempo, es imprudente negar que las prácticas con los cuencos sonoros tengan un efecto sobre el cuerpo humano y su condición (física o psicoemocional). Debido a que, aunque se evalúe subjetivamente, en ausencia de investigaciones científicas serias, muchos pacientes notan claramente los cambios en su condición. Incluso si los sufrimientos físicos o mentales se reducen o se eliminan como resultado del efecto placebo de los cuencos sonoros a una persona, creo que el uso de los cuencos es razonable y justificado.1 Al mismo tiempo, se debe prevenir a los posibles «maestros» de que apliquen los cuencos sonoros por todos lados, sin preparación previa, aprendizaje, suficiente práctica y entrenamiento independiente preliminar, sin tener en cuenta las posibles contraindicaciones para el uso de los cuencos sonoros tibetanos.
Es difícil asociar las prácticas con los cuencos tibetanos directamente con el masaje y considerarlas solamente en este aspecto. Sería más razonable atribuirlas a la sección de fisioterapia cuando las prácticas se realizan tras el contacto de los cuencos con el cuerpo, y – a la psicología, cuando se realizan sin contacto con el cuerpo. Diferentes autores no coinciden hasta en su idea del masaje sonoro: algunos interpretan el masaje sonoro con los cuencos tibetanos como el masaje por el sonido producido por los cuencos durante los conciertos de música meditativa. Otros autores se refieren a las prácticas del contacto entre el cuenco y el cuerpo. A pesar de esto, al considerar la metodología de la aplicación de los cuencos sonoros en la tradición en la que practico yo esta técnica, voy a usar al término «masaje», ya que así la llamaba a la práctica uno de los Maestros en el Himalaya, propio que me enseñó. Estoy de acuerdo con los argumentos de los opositores, que desde el punto de vista científica, el término no es absolutamente correcto. Pero siguiendo la tradición, me quedo con mi opinión.
Si consideramos el efecto de los cuencos sonoros desde un punto de vista materialista y mecánico, sería razonable confiar en el método parecido por la mecánica, que es el masaje Miotónico por los diapasones neurológicos, presentado por Tiina Orasmae en la exposición Intersharm el 6 de mayo de 2002 y publicado en la Revista «Nouvelle estetic»: «Esta técnica está justificada fisiológicamente. Utilizamos frecuencias especialmente calculadas. Actualmente trabajo principalmente con una frecuencia especial de 128 Hz, es la frecuencia normal de oscilación del músculo mímico de la cara. Además, mejora el flujo sanguíneo y el flujo linfático. Esto fue demostrado durante los experimentos fisiológicos en animales. Es un masaje vibracional de técnica un poco inusual, donde en lugar de una gran cámara vibratoria se utiliza diapasón.» Así como en el trabajo del Dr. John Beaulieu que describe las sesiones linfáticas y craneales también con la ayuda de los diapasones2.
Al referirnos a los estudios extranjeros de las prácticas con el sonido, la música, los gongos y los cuencos sonoros tibetanos, veremos que allí también existen opiniones relativamente heterogéneas. Por ejemplo, Dr. Mitchell L. Gaynor, un oncólogo y profesor asociado clínico de medicina en el Colegio Médico de Weill de la Universidad de Cornel en Nueva York y autor del libro «The Healing Power of Sound: Recovery from Life – threatening Illness Using Sound, Voice, and Music», distingue el tratamiento y la curación: «El término «tratamiento’ significa ayuda al cuerpo físico, mientras que «curación’ se refiere a la integridad, la unidad de la mente, el cuerpo y el espíritu. Doctor Mithell L. Gaynor, que tiene una práctica de oncología en Manhattan, cree que la curación por sonido es un tipo de medicina integrativa: no es una alternativa a la ciencia, sino es complementaria a ella»3.